Acerca de

Vida al aire libre en la playa y fuera de la ciudad implica estar en contacto directo con la tierra. En este entorno, las casas se adaptan a cada terreno con volúmenes sólidos arraigados al suelo, combinándose para crear patios y terrazas que se convierten en espacios exteriores delimitados por muros y el horizonte de los cerros, marcando su presencia en el paisaje. La ubicación de los recintos en cada parcela, así como las decisiones sobre el diseño volumétrico del conjunto, se inspiran en las vistas panorámicas de 360 grados que ofrece el terreno, abarcando tanto los cerros como el mar. Esta relación define la masa tanto de las casas como de los frentes de los terrenos, con muros y terrazas que siguen la topografía del terreno. Internamente, la distribución carece de jerarquías o formalidades, con espacios continuos e integrados.

La estrategia de diseño de cada terreno busca un equilibrio entre varios elementos:

  • La vista principal al mar desde los espacios públicos y/o terrazas.

  • La volumetría de los volúmenes rectangulares para no obstruir las vistas a terrenos adyacentes.

  • Evitar fachadas continuas que creen túneles visuales.

  • Minimizar la sombra en espacios exteriores.

  • Protección contra los vientos dominantes.

Para maximizar las vistas, se emplean dos conceptos principales:

  • Techos planos que reducen las alturas para despejar las vistas y crear un horizonte.

  • Fachadas habitables que permiten vistas en los terrenos más interiores y traseros.

Se utilizan diferentes niveles para garantizar vistas al mar entre las casas:

  • En la primera línea, un piso con zócalo.

  • En la segunda línea, un piso más un zócalo.

  • En la tercera línea, dos pisos.

  • En la cuarta línea, tres pisos.

  • En el borde sur, dos pisos.